La embolización de miomas uterinos (EMU) es el procedimiento minimamente invasivo más efectivo para controlar los síntomas causados por los miomas: sangrado abundante, dolor pélvico, presión, aumento del volumen abdominal y fatiga por anemia. Muchas mujeres eligen esta opción porque permite preservar el útero y ofrece una recuperación rápida.
Pero una vez realizado el procedimiento surge la duda más común:
“¿Qué le pasa a mis miomas después de la embolización?”
Este blog está diseñado para resolver esa inquietud de manera clara, informativa y basada en evidencia. Aquí encontrarás respuestas sobre lo que realmente ocurre dentro del útero, cómo se transforman los miomas, cuánto tiempo tarda el proceso y qué señales indican que el procedimiento está funcionando.
La embolización funciona al bloquear selectivamente las arterias que suministran el flujo sanguíneo que nutre a los miomas. A través de pequeñas partículas llamadas embosferas, colocadas mediante un catéter, los vasos sanguíneos que alimentan los miomas dejan de llevarles oxígeno. Una vez que esto ocurre, el mioma entra en un proceso de reducción.
Esto inicia un proceso natural llamado isquemia, donde el mioma pierde su principal fuente de energía. A diferencia del tejido sano del útero, que tiene múltiples vasos y recibe sangre por varias rutas, los miomas dependen casi por completo de una sola red vascular, por eso responden tan bien a la embolización.
El tejido del mioma empieza a desintegrarse lentamente. Es un proceso progresivo donde el tejido se va descomponiendo y pierde volumen. Con menos volumen interno, los miomas comienzan a ocupar menos espacio, lo que alivia síntomas como presión, molestias al orinar o estreñimiento.
¿Se “caen”? ¿Se destruyen? ¿Desaparecen?
Cada mioma responde de manera distinta según su tipo, tamaño y ubicación. Sin embargo, hay tres comportamientos típicos después de la embolización:
1. Reducción de tamaño
El escenario más frecuente es que los miomas se contraigan de forma notable llegando a disminuir entre 40% y 60% en los primeros 3 a 6 meses. Continúan reduciendo durante 12 meses o incluso más. Pueden no llegar a “desaparecer” completamente, pero dejan de causar síntomas sin necesidad de otro tratamiento, es definitivo.
2. Infarto completo del mioma
En algunos casos, especialmente miomas muy vascularizados, el mioma pierde tanta irrigación que su tejido muere por completo. Esto es un resultado favorable y clínicamente esperado.
3. Expulsión del mioma (solo en algunos casos)
Las mujeres con miomas submucosos o cercanos al endometrio pueden experimentar la expulsión del mioma semanas o meses después. Este proceso puede causar cólicos y flujo más abundante temporal, pero generalmente el cuerpo lo maneja sin complicaciones y representa un éxito del procedimiento.
Cómo cambia tu cuerpo después del procedimiento
Tras la embolización, el cuerpo comienza a experimentar cambios positivos de manera progresiva. Uno de los primeros es la disminución del sangrado menstrual; muchas mujeres notan una mejoría desde el primer ciclo, y aunque la reducción puede ser gradual, el control del sangrado suele ser uno de los beneficios más evidentes. Conforme los periodos se vuelven menos abundantes, la anemia también mejora, ya que el cuerpo recupera sus niveles de hierro y la energía aumenta de forma natural.
A medida que los miomas reducen su tamaño, la presión pélvica empieza a disminuir. Esta sensación de alivio puede percibirse desde las primeras semanas, ya que el útero ocupa menos espacio y deja de comprimir estructuras cercanas. El dolor también se reduce progresivamente: los cólicos intensos o el malestar constante se vuelven cada vez menos frecuentes conforme los miomas pierden vascularidad.
Otro cambio que muchas mujeres notan es que el abdomen comienza a verse más plano. La disminución del volumen uterino ayuda a eliminar la sensación de estar “inflamada todo el tiempo”, lo que mejora tanto la comodidad física como la confianza en la vida diaria. Estos cambios, juntos, representan una recuperación real y tangible que transforma la calidad de vida tras la embolización de miomas.
¿Cuánto tiempo tarda en ver resultados reales?

Los resultados de la embolización comienzan a notarse desde los primeros días. Durante la primera semana es normal experimentar dolor cólicos o una sensación de presión y algo de fatiga. Estos síntomas forman parte del proceso natural de recuperación y suelen manejarse sin dificultad con los medicamentos indicados. Aun así, muchas mujeres empiezan a percibir alivio casi de inmediato, especialmente en la intensidad del sangrado y la sensación de inflamación.
A lo largo del primer mes, pueden presentarse algunos cambios en el ciclo menstrual, como una disminución del sangrado, lo cual es completamente normal mientras el útero se adapta. A los tres meses, la mejoría es mucho más evidente: el volumen uterino se reduce de forma clara, las menstruaciones se vuelven más controladas y la presión sobre la vejiga o el intestino prácticamente desaparece.
La mayoría de los síntomas que antes afectaban la calidad de vida ya están bajo control para este momento.
Hacia los seis meses, la reducción de los miomas es significativa y los beneficios del procedimiento ya se sienten de manera estable. No es necesario realizar ningún tratamiento adicional; la embolización actúa de forma definitiva sobre todos los miomas. En este punto, la mayoría de las mujeres disfruta de una mejoría total de los síntomas y de un ciclo menstrual mucho más regular.
¿Qué estudios confirman que la embolización funcionó?
La forma más precisa de evaluar el resultado es mediante resonancia magnética 6 meses posteriores a la embolización. Este estudio permite observar el tamaño actual de los miomas, porcentaje de reducción y cambios en el volumen uterino. En tu consulta de control después de realizar la embolización en Miomas sin Cirugía, el especialista puede comparar estas imágenes con las previas al procedimiento y determinar la efectividad.

¿Puede un mioma volver a crecer después de la embolización?
Cuando la embolización se realiza de forma correcta y las arterias que nutren al mioma quedan completamente bloqueadas, los miomas no vuelven a crecer por eso se considera un procedimiento definitivo.En Miomas Sin Cirugía somos líderes de la embolización de miomas uterinos en México. Contamos con un equipo altamente capacitado y utilizamos tecnología de última generación para garantizar
los mejores resultados. Además, estamos presentes en más de 15 ciudades de todo el país, llevando nuestro equipo de alta calidad a donde más lo necesites.
¿Qué pasa si tengo varios miomas?
Cuando una mujer tiene múltiples miomas, la embolización se convierte en una alternativa particularmente beneficiosa. A diferencia de otros tratamientos, este procedimiento actúa sobre todos los miomas al mismo tiempo, sin importar cuántos sean ni en qué parte del útero se encuentren. Al bloquear su irrigación, cada uno de ellos comienza a reducirse de tamaño de manera simultánea, lo que permite aliviar los síntomas de forma integral.
Esto evita la necesidad de realizar cirugías múltiples o miomectomías extensas, que pueden ser más invasivas, complicadas o con un periodo de recuperación más largo. Con la embolización, todo el útero recibe tratamiento de una sola vez y los resultados abarcan cada uno de los miomas, ofreciendo una solución completa y menos traumática.
Los miomas de gran tamaño también suelen responder muy bien a la embolización. En la mayoría de los casos, comienzan a reducir su tamaño de manera progresiva, lo que alivia la presión abdominal y disminuye de forma notable los sangrados abundantes. Aunque el proceso puede ser un poco más lento que en miomas más pequeños, los resultados siguen siendo altamente favorables. Con el paso de los meses, los síntomas se controlan y el bienestar mejora de forma significativa, sin necesidad de recurrir a cirugías más invasivas.
Conclusión: ¿qué le pasa a los miomas después de la embolización?
Recapitulando, después del procedimiento los miomas dejan de recibir irrigación, comienzan a reducir de tamaño de forma progresiva. Esto hace que los síntomas desaparezcan. La embolización permite controlar el sangrado, aliviar la presión pélvica y preservar el útero, ofreciendo una mejoría real en la calidad de vida sin necesidad de una cirugía mayor.
La transformación interna de los miomas es un proceso gradual que se completa a lo largo de varios meses, los beneficios se sienten desde la primer semana. Si deseas conocer más sobre este procedimiento y saber si es adecuado para ti, te invitamos a agendar una consulta para ayudarte a tomar decisiones informadas y recuperar tu bienestar.








